Si en Tokio los pronósticos para Alfred
Oerter eran negativos, para la cita en la capital azteca fueron peores. Jay Silverster
era el amplio favorito de la competencia. Como en todas las ediciones, Al debía
brillar bajo la sombra.
Silverster era la sensasión tras establecer un nuevo récord mundial gracias
al registro de 68,40m. Por si fuera poco, bate récord olímpico en la
clasificación. Sin embargo, para las finales se necesita un temple especial.
Oerter, dueño del carácter vencedor, lo hizo otra vez.
Bajo una lluvia engañosa,
Al Oerter quebró su récord olímpico en el tercer lanzamiento y derrotó al predilecto. 64,78 metros lo consagraron. El
histórico atleta se retiró tras la competencia pero retornó en 1980, con 43
años, para su última proeza. Aquel día, logró el lanzamiento más
largo de su carrera: 69,46m.
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